Después de haber visto en profundidad cómo transportar agua en la Parte I de nuestra guía, vamos a detallar a continuación los métodos para potabilizar agua y diferentes maneras de encontrarla en situaciones de emergencia. Cabe destacar que siempre que podamos, debemos recurrir al agua embotellada o con garantía de ser potable y así reducir riesgos innecesarios. Pero si llega el momento en el que lo necesites, ésta guía te ayudará a estar preparado.
Desinfectar y filtrar agua no potable
Los tres métodos principales para hacer potable agua no potable son: la cocción, las pastillas potabilizadoras y los filtros de agua portátiles. Ya que cualquiera de estos métodos no asegura al 100% la desinfección del agua, deben ser reservados para situaciones de emergencia, y también se han de tener en cuenta los consejos descritos más abajo sobre dónde conseguir el agua. Una buena recomendación es combinar dos (o los tres métodos) si nos vemos en la situación de tener que recurrir a ellos. Podemos filtrar, cocer y potabilizar el agua (se recomienda hacerlo en este orden) antes de beberla, utilizarla para cocinar o lavarnos los dientes o utensilios que vayan a estar en contacto con nuestra boca o nuestros ojos.
La cocción
Es uno de los métodos más eficaces para matar los microorganismos perjudiciales en el agua, como virus, bacterias o parásitos. Con ayuda de nuestro cazo de campaña y un fuego pequeño podremos cocer fácilmente nuestro agua. Si el agua está turbia deberemos filtrarla primero con ayuda de nuestro filtro portátil o en su ausencia con métodos más «caseros» como tejidos, papeles o filtros de té o café. El agua deberá hervir a máxima temperatura no menos de un minuto y no menos de tres minutos si te encuentras en un lugar a una altitud superior a 1.000 metros, ya que la altura tiene influencia sobre el punto de ebullición. Una vez cocida el agua se deja enfriar hasta que se pueda beber dejándola tapada si es posible hasta entonces para más seguridad.
Pastillas y líquidos potabilizadores
Las pastillas potabilizadoras de agua y los líquidos suelen estar compuestas de cloro, sodio y derivados. Éstos compuestos químicos eliminan casi todas las bacterias, virus y microorganismos que se puedan encontrar en el agua, pero en pequeñas dosis no resultan perjudiciales para el ser humano. En los paquetes de estos productos vendrá la dosis adecuada por litro de agua (una pastilla, un par de gotas) y el tiempo necesario que hay que esperar para que haga efecto, ya que la desinfección no ocurre instantáneamente. Es muy importante cumplir con éstas instrucciones. Si vas a incluir un par de pastillas sueltas o un poco de líquido sin el embalaje original en tu kit de supervivencia es importante que incluyas también un papel con la dosis y el tiempo de espera anotados. Estos productos son pequeños, ligeros y suelen tener una fecha de caducidad de varios años.
💡 Estos productos dejarán un cierto sabor en el agua, algo parecido al sabor del «agua de piscina». Para contrarrestar este efecto, muchos aventureros utilizan polvos para añadirle al agua del tipo Isostar por ejemplo, que además de darle un buen sabor actúa como bebida isotónica.
Filtros de agua portátiles
Estos filtros tienen un funcionamiento similar al de una pajita o popote por el que absorberemos, y a través del cual el agua quedará filtrada. Eliminan las bacterias como la salmonela, el e-coli o la legionela entre otras muchas, también virus, partículas, microplásticos y parásitos en un 99,9% o más. Los sistemas de filtrado se realizan por medio de membranas especiales que llegan a filtrar hasta 0,1 ó 0,2 micrones. Es aconsejable utilizar un filtro de dos partes, con membranas filtrantes y carbón activado, que da un plus de seguridad. Dependiendo del modelo podremos llegar a filtrar hasta 4.ooo litros de agua antes de tener que cambiarlo.
Respecto a su versatilidad, existen filtros sueltos con los que beber directamente, filtros acoplados a botellas o bolsas de agua y filtros que permiten bombear agua para rellenar varios recipientes. A la hora de elegir uno de estos filtros es bueno recurrir a marcas de confianza que tengan experiencia demostrada y buena reputación y cumplan con las diversas normativas internacionales (como por ejemplo los estándares EPA de agua potable), lo que nos asegura que han superado pruebas de calidad exigentes en laboratorio.
Los filtros de agua son ligeros y de reducidas dimensiones y su precio es también asequible, por lo que llevarlos en nuestra mochila de aventura o supervivencia no supone ningún problema.
Dónde y cómo conseguir agua
Si estás en esa situación en la que tu agua se ha agotado y no tienes opción de conseguirla en ningún establecimiento, es hora de recolectarla al aire libre. Para ello primero debemos tener en cuenta una serie de precauciones.
Malos sitios para recoger agua
La primera es tratar de evitar aguas estancadas. Beber de charcos, charcas, pantanos, depósitos de dudosa procedencia y lugares similares siempre va a suponer un riesgo enorme, y no podrás estar seguro al 100% de que las técnicas de desinfección van a funcionar por completo. Si no es un caso de vida o muerte, lo más inteligente es esperar a encontrar una fuente de agua más fiable. Si no lo vas a poder evitar, realiza los 3 tipos de tratamiento del agua descritos arriba antes de beber.
La segunda precaución es tener mucho cuidado con ríos o fuentes en los que haya una ciudad, fábricas o explotaciones ganaderas industriales cerca (de todos modos, si hay civilización cerca, acude allí a por agua). Por lo general y lamentablemente, los recursos acuíferos cerca de este tipo de lugares suelen estar muy contaminados por químicos, pesticidas, heces y otras sustancias nocivas. Es triste reconocer que ya casi no se pueden encontrar ríos y arroyos que no estén contaminados en nuestro planeta. Por favor repasa estas 5 normas para la conservación de la naturaleza durante actividades al aire libre si te interesas por este aspecto.
Buenos sitios para recoger agua
Si realmente te encuentras en un lugar alejado de industrias y ciudades y descubres agua corriente como la de una cascada, un arroyo, un manantial o un río, ese será un buen lugar para recoger agua. El agua de la lluvia es también una de las mejores opciones. Más abajo enumeramos un par de técnicas para recogerla. Si tienes la oportunidad, derretir nieve también es una buena forma de conseguir tu agua, pero tendrás que tener paciencia. Para conseguir un litro de agua hará falta derretir el equivalente a un metro cuadrado de nieve de un centímetro de espesor. Y recuerda que también recogiendo el agua de estos sitios tendrás que tratarla antes de beberla o usarla para lavar o cocinar (filtrando, desinfectando o cociéndola).
Recoger agua de lluvia
Si hemos hecho bien nuestros deberes y hemos preparado bien nuestra mochila, tendremos a mano un poncho para lluvia, un tarp o un par de bolsas de plástico. Con ayuda de cuerda paracord o un par de ramas secas podemos colocar nuestra superficie de plástico de tal manera que el agua resbale directamente en nuestro recipiente.
Si no tuviésemos un poncho o algo similar, podríamos recurrir a otros trucos. Uno de ellos sería crear un charco artificial. Para ello hay que cavar un agujero en el suelo y forrar el fondo con hojas y piedras para evitar que el agua se vaya filtrando demasiado rápido a la tierra y poder recogerla. Otro truco sería dejar bajo la lluvia ropa que llevemos en el macuto o toallas y dejar que se empapen para luego escurrirlas y recolectar el agua que chorrea. También podemos buscar puntos de desagüe en la propia naturaleza, como un desnivel, piedras inclinadas, hojas o ramas por las que escurra el agua de la lluvia.
💡 Si estás en una necesidad, acuérdate de aprovechar todos los objetos posibles como recipientes para recoger la máxima cantidad de agua. Todas las botellas, vasos, cantimploras, bolsas, cazos, incluso cascos! Nunca se sabe cuándo va a volver a llover.
Conseguir agua en situaciones límite
Si la situación se complica y no encontrases ninguna fuente de agua alrededor, puedes recurrir a estas técnicas de supervivencia, que te proporcionarán algo de agua aunque en cantidades mínimas. A menudo estas técnicas se presentan como una solución mágica pero, siendo realistas, no son sostenibles siquiera a medio plazo. Esto es debido a la cantidad de esfuerzo, tiempo y energía que necesitarías para lograr los 2 litros de agua que te hacen falta para un día. Pero aún así, pueden llegar a salvarte la vida en un momento puntual de necesidad y por ello es importante conocerlas.
TRAMPAS DE CONDENSACIÓN: para realizar ésta técnica vamos a necesitar una o varia bolsas de plástico. A menudo mencionamos en éstas páginas que uno de los objetos que no pueden faltar en nuestra mochila de supervivencia son las bolsas de plástico. Las usaremos para muy diversos fines, como recoger agua, llevarnos la basura, proteger objetos de la lluvia y la humedad o como en este caso, recolectar agua por condensación.
Trampa de condensación con hojas
La primera forma es recoger agua por la condensación de las hojas de un árbol o una planta. La mejor forma es envolver por la noche una rama o una planta con muchas hojas, cerrar bien la abertura de la bolsa y esperar a la mañana siguiente. Los cambios de temperatura junto con la respiración de la planta habrán creado condensación, y en la parte más baja de la bolsa habremos conseguido un poco de agua.
Trampa de condensación con agua marina
La segunda técnica es para cuando estamos cerca del mar. Cavaremos un hoyo en la arena y recogeremos agua de mar con la que llenaremos el hoyo. En el centro del hoyo colocaremos un recipiente con el que vamos a recolectar nuestro agua. A continuación cubriremos el hoyo con una bolsa de plástico que fijaremos en los bordes con el peso de piedras, troncos o arena. En el centro colocaremos un objeto pequeño o una piedrecita que hunda el centro del plástico un poco hacia abajo. Esto permitirá que las gotas de la condensación resbalen hacia el centro y terminen cayendo en nuestro recipiente. El mejor momento para hacer esto es o bien por la noche y esperar a la mañana o bien en las horas más calurosas del día. En ambos momentos la condensación será más abundante. También es mejor si la bolsa es de color negro para lograr una mayor diferencia de temperatura.
Encontrar agua subterránea
No va a ser una tarea fácil y seguramente no acabes encontrando agua tal cual, sino tierra húmeda. Para sacar el agua de esta tierra, tendrás que prensarla con ayuda de un calcetín u otra prenda enrollada. Las pistas en las que te puedes fijar para encontrar agua subterránea serán: porciones del terreno húmedas o que estén cubiertas de vegetación. Una vez hayas localizado un sitio en el que creas que puede haber humedad debajo, tendrás que excavar hasta que comiences a notar la humedad. También procura que sean zonas que no estén expuestas directamente al sol, como rincones entre piedras o zonas cubiertas de maleza espesa. Debajo de piedras grandes también suele haber zonas húmedas.
💡 Ten siempre mucho cuidado al levantar piedras! Procura usar un palo o la punta del pie. A menudo pueden encontrarse allí debajo serpientes, escorpiones y otros animales resguardándose del calor y otros depredadores.
Agua contenida en plantas y frutos
Los frutos tienen un alto contenido en agua. En una situación de emergencia, encontrarse con un árbol frutal es una de las mejores noticias. Dependiendo de dónde estés, unas ciruelas, un peral, un manzano, naranjas, un cocotero o cualquier otro tipo de fruta puede proporcionarte la hidratación que necesitas.
Hay un gran número de plantas y vegetales que también pueden proporcionar hidratación desde sus tallos, hojas o raíces. Por ejemplo la mayoría de los cactus, que acumulan mucho agua en su interior. Algunos vegetales que quizás encontremos en nuestro camino, como los pepinos o las calabazas salvajes, y también las llamadas «plantas suculentas» como el aloe vera. Las plantas susceptibles de proporcionar hidratación cambiarán de un terreno a otro. Por este motivo, lo mejor es informarse del tipo de vegetación que tiene el lugar donde vivimos o donde vamos a ir de aventura y conocer de antemano qué plantas podrían proporcionarnos alimento o hidratación. Además, informarse también es primordial para no llegar a consumir ninguna planta, fruto o raíz que pudiesen ser venenosos!