
Tanto si se trata de almacenar víveres en casa en previsión de una posible eventualidad como si queremos llevar víveres para una salida a la naturaleza, a continuación repasaremos cuáles son las mejores opciones para cada ocasión. Nos fijaremos en alimentos que duren mucho tiempo en buen estado, cómo almacenarlos, qué elegir para mantener un correcto equilibrio nutricional, en qué alimentos ocupan menos espacio y son más ligeros para llevar en la mochila.
¿Qué alimentos son los mejores para almacenar?

Almacenar agua y alimentos de reserva en casa es algo que durante un largo período de nuestra historia reciente a muy pocas personas se le ha pasado por la cabeza. La estabilidad parecía asegurada. Sin embargo algunos acontecimientos acaecidos en los últimos años, han llevado a cada vez más personas a pensar en esto. Los gobiernos de casi todo el mundo han creado protocolos de emergencia y muchos de ellos llevan avisando bastante tiempo a la población de que trate de preparase para una eventual crisis de un par de semanas de duración. Entre los motivos que podrían causar una situación de emergencia se encuentran los desastres naturales, que vienen desde hace un tiempo aumentando su agresividad, fenómenos impredecibles como las tormentas solares, que podrían dejar sin electricidad a grandes regiones del planeta por tiempo indefinido, ataques cibernéticos que podrían afectar a infraestructuras vitales o revueltas sociales de distinta índole. Todas estas situaciones han ocurrido ya, y no podemos descartar que alguna vez nos vaya a tocar vivirlo. Así que, ¿porqué no estar preparados? Con poco dinero y un poco de espacio ya lo tendremos hecho.
Conservas
Ofrecen un par de años de duración, y podemos encontrar verduras, carnes, pescados, salsas y frutas en almíbar. Las hay en lata y en frasco. También comidas preparadas listas para calentar. Se pueden apilar fácilmente y su coste no es elevado. Además se pueden encontrar en distintos tamaños, permitiendo que podamos abrir sólo las raciones que necesitemos. Son por tanto uno de los pilares centrales de una buena despensa de emergencia.

No perecederos
El otro pilar central de la reserva de comida para supervivencia lo forman los productos no perecederos. En condiciones idóneas también van a durar varios años antes de echarse a perder y van a proporcionarnos mucha energía tras una breve preparación. Estos alimentos son principalmente: legumbres, pastas, frutos secos y granos. Lentejas, garbanzos, judías, arroz, avena, espaguetis, macarrones, nueces, almendras, anacardos, etc. También la levadura, la harina o el trigo, con los que se podría hacer pan por ejemplo. Los alimentos no perecederos son fáciles de almacenar y su coste tampoco es elevado. Y, ¿cómo se deben almacenar los alimentos no perecederos?. Idealmente en un lugar protegido de la luz solar, ventilado, seco y en un rango temperatura entre los 10 a los 20°C.

Alimentos deshidratados o liofilizados
Los alimentos deshidratados o liofilizados son aquellos que han sido desecados con diversos métodos como por ejemplo la sublimación de su contenido acuoso. Son muy populares entre los practicantes de actividades al aire libre, ya que su preparación es rápida y sencilla y su peso y tamaño quedan reducidos al máximo. Añadiendo agua caliente y esperando unos minutos, los alimentos desecados volverán a adquirir su textura y sus propiedades, permitiendo disfrutar de comida caliente casi al instante. Existe una gran variedad de platos a elegir, ya que casi cualquier plato puede ser liofilizado. También se pueden encontrar frutas, pescados y carne desecadas.

Raciones de emergencia
No existe otra comida de emergencia que pese y ocupe menos y que dure más tiempo que estas raciones. Están pensadas para distribuirse en caso de emergencias graves. Se pueden consumir directamente tras abrirlas sin ser preparadas de ninguna forma. Un paquete de 500 gramos de peso con unas medidas de 13,5 x 5,5 x 7,5 cm incluye todas las calorías y nutrientes necesarios para alimentar una persona un día entero.
La ración se divide en nueve porciones o bloques individuales que pueden ir comiéndose a lo largo del día a razón de tres en el desayuno, la comida y la cena. Juntas aportan 2.500 Kilo-calorías, incluyendo fibra, proteína, hidratos y azúcares. Su tiempo de caducidad está entre los 10 a 20 años.

Los bloques son bastante densos y recuerdan a una galleta o un polvorón. Sobre su sabor habría mucho que discutir, pero obviamente no están elaboradas para ser degustadas sino para ser la comida de supervivencia más eficiente. También se pueden preparar a modo de papilla con agua caliente e incluso son aptas para el consumo infantil. Su precio es más elevado que otros tipos de comida de supervivencia debido a estas características, que las hacen especiales. Algunas de las marcas más conocidas son la NRG-5 y la BP-ER.
Conservar alimentos en casa
Otra de las buenas opciones para completar tu reserva de alimentos de emergencia o para llevar a una aventura en la naturaleza es preparar alimentos conservados en casa. Con una máquina de vacío casera (muy pequeñas y baratas hoy en día), podrás hacer que algunos tipos de comida lleguen a durar hasta varios meses. También hay técnicas para conservar comidas en frascos de cristal por cocción, pasteurizando o incluso haciendo tus propias latas de conserva.

Mantener el equilibrio nutricional: un buen plan
Pensando en una situación de emergencia que se vaya a prolongar más allá de un par de días, conviene pensar un momento en mantener el nivel de vitaminas y minerales de nuestro organismo, así como un correcto balance entre fibra, proteína e hidratos de carbono. Por ello es recomendable hacer un plan de cómo serían las comidas antes de ponerse a llenar la despensa de emergencia. Así podremos vigilar que nuestra alimentación de emergencia sea lo más completa y equilibrada posible. Esto será también importante para mantener nuestro sistema inmune en perfecto estado.

Vitaminas, fruta
Después de cierto tiempo alimentándonos a base de latas de conserva, legumbres y grano cocidos, etc, nuestro organismo podría comenzar a echar en falta vitaminas y minerales que normalmente encontramos en las verduras y las frutas frescas. Por este motivo no está de más almacenar algún complejo vitamínico básico junto a la comida. También fruta conservada sin aditivos, como las porciones de fruta para bebés.
💡 Recuerda el aspecto psicológico. En una situación difícil donde además tienes que alimentarte a base de comida de emergencia, tu humor se verá afectado. Incluye en tu reserva de emergencia chocolate, caramelos o cualquier otro alimento que sepas que de vez en cuando pueda subirte un poco el ánimo.
Comida para llevar en la mochila
Si tu intención es pasar un par de días de ruta por la naturaleza lo ideal es llevar alimentos que concentren mucha energía, ocupen poco espacio, sean fáciles de preparar y generen pocos residuos. Los menús liofilizados son una gran alternativa que puedes complementar con cosas llevadas de casa, como embutido, pan o frutos secos. Las barritas energéticas también son un gran aliado., al igual que las bebidas isotónicas, que en momentos de fatiga te proporcionarán la energía suficiente para seguir adelante.